Tengo un amigo que hoy ha terminado la quebrantahuesos (una prueba cicloturista). Se llama Petu. Ha tardado 8 horas 44 minutos. Me imagino que ha sufrido de lo lindo.
Pero te aseguro que no tanto como yo leyendo "La isla del día de antes". Meses he pasado leyendo las aventuras del personaje principal entre un cúmulo de descripciones de supersticiones, ambientaciones, tramas históricas, batallas, arte, libros clásicos, libros oscuros, tratados del mar, tratados de la guerra, tratados del amor, enseñanza de la espada, del honor, etc. etc., que no hacían sino impedir leer el libro como si fuera una novela "normal". Esta es la entrada que puse sobre el libro el 12 de Agosto de 2011.
Mérito tiene el escribirla porque si yo he invertido meses (horas y horas de lectura y relectura), probablemente el autor ha pasado años documentándose y rebuscando material de hace siglos que permanece en olvidadas baldas de bibliotecas de acceso exclusivo para historiadores.
Que decir de la labor de traducción, donde la traductora Helena Lozano ha tenido que ingeniárselas como ha podido para traducir lo más fielmente posible a lo que el autor pretendía en cada momento (sonoridad, ritmo, sentido, ideas, asociaciones, sentimiento...) del italiano de la época a un castellano entendible que suena a antiguo.
Por poner algo interesante que he leído hoy mismo: "En la vida las cosas suceden porque suceden, y sólo en el País de las Novelas es donde parecen suceden por alguna finalidad o providencia". (página 467 en la edición del Círculo de lectores).
Saludos.
domingo, junio 24, 2012
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